Hay tres tipos de feminismo: el que
defiende a las mujeres y recuerda que los valores femeninos son igual de
respetables que los masculinos (es el único legítimo y necesario); el que
quiere aplastar a los hombres porque la Tierra debe ser liberada del varón y
aquel otro que decreta que, después de todo, no hay ni hombres ni mujeres: el
sexo no es nada, el “género” lo es todo. La mezcla de los tres feminismos lleva
a numerosas contradicciones. Igual que es difícil defender a la vez la paridad
y la no-mezcla de sexos, es contradictorio decir que los hombres son unos
cerdos, las mujeres unos “hombres” como los demás y que lo masculino no es más
que una ilusión.
Cómo no ser progresista… sin convertirse en reaccionaria. Las mujeres que hablan en este Especial huyen de la fraseología emancipadora del neofeminismo contemporáneo en el cual no se reconocen de ninguna forma. Sin embargo, emancipadas lo están, pero de los esquemas de pensamiento prefabricados. Es una corriente de pensamiento todavía informal, que constituye una disidencia nueva basada en un antiprogresismo desacomplejado.