Bajo la influencia de lo políticamente correcto, el neofeminismo alucinado y el neorracialismo obnubilado por lo cutáneo, lo político se convierte ahora en psiquiátrico. Objetivo: acusar a lo "blanco" en nombre de la superioridad negra y a lo "hetero" en nombre de una misandria asociada a la idea de que la distinción masculino-femenino ya no sirve para nada. Leer artículo