El soberanismo nacional es el vencedor de la crisis sanitaria que se desvanece. La empresa “francesa” Sanofi (productos farmacéuticos y vacunas) no se siente sujeta a ningún sentimiento patriótico desde que se convirtió en multinacional y su dirección general aseguró que había dado a Estados Unidos la prioridad en la entrega de una futura vacuna contra el Covid-19. Quien paga, manda. En Europa, hace décadas que la preferencia nacional es vista como una infamia y que las fronteras son fuente de vergüenza para los progresistas. Leer artículo