El “populismo”, dice Alain de Benoist, corresponde a una crisis de las democracias occidentales, así como a una crisis de los pueblos que deberían ser los actores principales. El “populismo” no es solamente el síntoma de una crisis de la política y de los sistemas de partidos, revela, más profundamente, una crisis de lo político, es decir, de la estructuración misma de los pueblos, una crisis del “demos”. Leer artículo
