La
cuestión de la inmigración, durante mucho tiempo considerada como el campo de
maniobras exclusivo de la extrema derecha –hasta el punto de que cualquiera que
se aventurara en ese tema era ipso facto
culpable de connivencia inconfesable con ella– está ya en la portada de todos
los periódicos en toda Europa. Simplemente porque los resultados de las
elecciones en los principales países la plantean. Leer artículo