La lucha de los hierofantes del globalismo contra la identidad estable y arraigada es la misma lucha que llevan a cabo contra la frontera, la cual se presenta como un dique que dibuja un espacio limitado y circunscrito, capaz de gobernarse a sí mismo según sus propias reglas, concepto éste muy alejado del principio cardinal de la heteronomía postdemocrática que es la base del capitalismo global. Leer artículo