El proyecto moderno de una sociedad liberal, es decir, de una sociedad que “hace del individuo la única fuente de los valores y de las finalidades que él elige”, no puede adquirir una plena inteligibilidad más que si se analiza a partir de las condiciones culturales y psicológicas extraordinarias en las cuales se plantea, en el siglo XVIII, el problema político. Leer artículo ⇰