Por un conservadurismo liberal, por Charles Beigbeder

Existen dos formas de conservadurismo que no hay que confundir: el primero interioriza el sentido progresista de la historia, pero simplemente quiere ralentizar su marcha en nombre de una tradición que no debe violentarse. No vayamos demasiado rápido, seamos prudentes. De ninguna manera se trata de invertir el sentido progresista de la historia que continúa siendo el horizonte insuperable de su pensamiento.

Esta visión del conservadurismo, que da la razón a los progresistas ‒los cuales deberían considerar que los conservadores son, simplemente, personas demasiado sensibles a las brusquedades‒ fue magníficamente resumida por Chesterton: “El mundo se divide entre conservadores y progresistas. La cuestión para los progresistas es continuar cometiendo errores. La de los conservadores es evitar que esos errores sean corregidos”. Quizás podríamos clasificar en esta categoría a aquellos a los que llamamos liberal-conservadores, que se han integrado en el paradigma filosófico de la modernidad liberal pero deseando aplicarla con menor rapidez que los liberales puros.

A la inversa, el conservador liberal se integra en la matriz antimoderna del conservadurismo y se refiere a un orden trascendente presente tanto en la ley natural como en lo que Hayek llamaba el “nomos”, es decir, la tradición, la costumbre, la jurisprudencia, la herencia, así como las leyes no escritas que preexisten a toda legislación humana. El mismo tipo de conservador liberal es Edmundo Burke, bajo el patrocinio del cual me posiciono. Resueltamente antimoderno, el conservador liberal se opone, sin embargo, a todo retorno hacia atrás reaccionario, defendiendo las libertades públicas contra toda pretensión totalitaria del Estado. Propone también la libre empresa, la subsidiariedad y el espíritu emprendedor. Conservador en el dominio del “ser”, es más liberal en el dominio del “tener”, pero este liberalismo continúa arraigado en un orden trascendente que él desearía conservar a cualquier precio. ◼ Fuente: L´Incorrect