Soros
es el hombre que desea la instalación de, al menos, un millón de migrantes en
Europa por año, la supresión de las fronteras, la imposición de condenas menos
graves, por los mismos delitos, para los inmigrantes que para los autóctonos,
la desaparición de las identidades occidentales y las sanciones extremadamente
graves para los países que rechacen la acogida de clandestinos y refugiados.
Este
hombre tiene un poder considerable. Gracias a su OSF, Soros financia sin
límites a las ONG, asociaciones y campañas de movilización a favor de la
acogida de migrantes en Europa. Mientras los Estados se encuentran restringidos
financieramente y disminuidos moralmente, él traza su hoja de ruta. En 2015, el
millardario publicaba una tribuna (Rebuilding
th Asylum System) en la cual daba una lista de puntos no negociables en
materia de acogida de clandestinos para rebatir el sistema europeo de demanda
de asilo. Mezclando siempre buenos sentimientos para mejor crear el caos,
sugería a la Unión europea establecer una bolsa de 15.000 euros para todo
demandante de asilo por año y abogaba por abrir un plan de acogida masiva. En
septiembre de 2016, en pleno choque migratorio, Soros anunciaba que él
financiaría a título personal la ayuda a los migrantes en Europa con 500
millones de dólares (Why I´m Investing
$500 Million in Migrants) y detallaba el reparto de sus inversiones, sin
indicar las sumas, en las star-up,
sociedades, iniciativas sociales y actividades fundadas por los propios
migrantes y refugiados.
A
diferencia de Grecia o de Italia, donde su OSF financia abundantemente a
cientos de pequeñas estructuras sobre el terreno de ayuda a los migrantes, en
Francia los fondos son dirigidos prioritariamente hacia las grandes plataformas
internacionales, ya financiadas, por otra parte, por el mismo Soros. Así, Human Rights Watch, es subvencionada con
10 millones de dólares por año por la OSF, siendo particularmente activa en las
acciones emprendidas contra el Estado en Calais. En julio de 2017, la HRW
publicaba un informe condenando los métodos policiales contra los migrantes en
Calais. Algunos meses más tarde, la ONG alertaba nuevamente sobre la situación
de los migrantes en Calais, exigiendo del gobierno francés una política de
acogida mucho más generosa. Y tantas otras costosas operaciones de comunicación
favorecidas por el dinero del millardario.
No
es ciertamente por casualidad si la asociación militante promigrantes del
Albergue de inmigrantes se encarga de remitir informes a las ONG sostenidas por
Soros. Esta misma asociación aportó todo su apoyo al periodista, próximo
particularmente a la misma, Yann Moix, que asumió sistemáticamente la defensa
incondicional de los clandestinos contra las acciones policiales. El sindicato
policial demandó a estas organizaciones por difamación ante las acusaciones de
“abusos policiales”. Todas estas organizaciones están financiadas por Soros,
indirectamente a través de Human Rights
Watch.
De
forma más amplia, la OSF de Soros ha financiado la ONG llamada United for Intercultural Action, “red
europea contra el nacionalismo, el racismo, el fascismo y de apoyo a los
migrantes y refugiados”. En 2014, la OSF donó 155.000 dólares a esta
asociación, la cual publica un anuario de las asociaciones europeas
promigrantes y antirracistas. ¿Es por casualidad? La obra recoge asociaciones “antifas” y de ultraizquierda, como Calais Migrant Solidarity, conocida por
apoyar y alentar a los No Border,
esos militantes ultraviolentos que abogan por la abolición de las fronteras.
Por
su parte, Amnesty International
recibió de la OSF 630.000 libras esterlinas en 2016, representando así el
15,56% de las donaciones anuales recibidas. Particularmente activa en Calais,
la asociación interpelaba a los ministros del interior francés e inglés en una
carta pública sobre las condiciones de acogida de los migrantes en Calais,
enfatizando su no adecuación con el derecho europeo e internacional. Amnesty International también se destacó
por su apoyo al “transportador” de migrantes Cédric Herrou, que operaba
ilegalmente en los pasos fronterizos franco-italianos. Más ejemplos. La OSF
transfiere 157.000 euros por año a la Plataform
for International Cooperation on Undocumented Migrants, una asociación que
promueve los derechos de los “sin-papeles”, PICUM publicó en 2013 un informe
titulado “Garantizar el acceso a los cuidados de la sanidad por los inmigrantes
en Europa: el papel que deben jugar las autoridades locales y regionales”. 2014
fue la consagración de esta asociación sostenida por Soros, puesto que, después
de haber publicado un libreto demandando a las autoridades francesas la
eliminación de las expresiones “sin-papeles” e “irregulares” de su vocabulario
en las decisiones administrativas, obtuvo un acuerdo de los ministros del
interior y de vivienda que aceptaban no distinguir ya más entre la inmigración
“regular” y la “irregular”. Una victoria más contra los intereses de Francia y
de Europa.
En
el curso de nuestra investigación, hemos identificado, en seno de la OSF,
quince grandes programas de financiación de actividades políticas y sociales,
de las cuales cinco conciernen específicamente a los migrantes y/o a la lucha
contra el racismo y la islamofobia en Europa: la Open Society Initiative for Europe, la International Migration Initiative, la Human Rights Initiative, Roma
Iniatitives (en beneficio de los gitanos), y la Information Program. Detrás de estas estructuras encontramos
siempre un complejo sistema de financiación que remonta sistemáticamente a
Georges Soros por la vía de diversas ramificaciones de la casa matriz. Se
constata un pico de financiación durante la crisis migratoria de 2016: 323.000
dólares en 2014, 315.000 dólares en 2015, 750.000 dólares en 2016 y 256.000
dólares en 2017.
Buscando
la sumersión migratoria, pero también la caída de Occidente, Soros no duda,
bajo un barniz de lucha contra las desigualdades, en financiar al Colectivo
contra la Islamofobia en Francia, considerado como muy próximo a los Hermanos
Musulmanes y a Tariq Ramadan, fundado en 2003. En 2010, la OSF financia un
estudio titulado “Vivir juntos”, dibujando un estado de la situación de los
musulmanes en once grandes ciudades europeas. En 2011, en el marco de un
programa titulado At Home in Europe,
la OSF financia además un estudio titulado “Un velo sobre la realidad”,
presentando el testimonio de 32 mujeres musulmanas que portan el velo integral
en Francia, en oposición a la ley votada en 2010 sobre la prohibición de la
ocultación del rostro en el espacio público. El informe alimentará a los
opositores a la ley durante una concentración ante el Tribunal europeo de
derechos humanos.
En
2012, la OSF financia una campaña de carteles en la que aparece particularmente
una mujer con velo y que será finalmente censurada por la RATP porque
presentaba “un carácter religioso y político”. La OSF participa paralelamente
en la difusión de la palabra de los Hermanos Musulmanes, ofreciendo su página
web al portavoz de la CCIF Marwan Muhammad para una entrevista con el objetivo
de explicar los resortes de la campaña. Y la pretendida injusticia de tal
censura. Este francés de origen egipcio es conocido por su proximidad con los
salafistas, apelando regularmente al establecimiento de un verdadero islam
político en Francia. En 2016 declaraba: “Nadie tiene el derecho de decirnos
donde debemos vivir, ni cómo financiar las mezquitas (…) Y por eso hay que
movilizarse políticamente”. En 2013, su colectivo recibe de la OSF 50.000
dólares para organizar en Francia una jornada de lucha contra la islamofobia.
En 2014, el CCIF percibe nuevamente 48.700 dólares para financiar una investigación
sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres musulmanas en el mundo
profesional. El dinero parece fluir en grandes cantidades.
Más
recientemente, después de los atentados de París, la OSF encargó a la Fundación
de ciencias del hombre un estudio sobre los efectos sociales y políticos de los
ataques ejecutados en Francia en 2015 y 2016. Hasta ahí, nada que objetar. Pero
la precisión de la investigación signa una vez más la voluntad política de
Soros: el estudio deberá integrar un capítulo sobre la evolución de la
islamofobia a continuación de los ataques terroristas. El coste del estudio no
se hizo público.
Nuestra
investigación lo demuestra: la sed de Georges Soros por incrementar su empresa
de desestabilización de un Occidente ya fragilizado por los flujos migratorios
es insaciable. Una cuestión se plantea: ¿cuándo los dirigentes europeos abrirán
los ojos y se dedicarán a frenar su influencia tentacular? ■ Fuente: Valeurs Actuelles