George Soros, militante de la sumersión migratoria y del islamismo, por Louis de Raguenel


Soros es el hombre que desea la instalación de, al menos, un millón de migrantes en Europa por año, la supresión de las fronteras, la imposición de condenas menos graves, por los mismos delitos, para los inmigrantes que para los autóctonos, la desaparición de las identidades occidentales y las sanciones extremadamente graves para los países que rechacen la acogida de clandestinos y refugiados.

Este hombre tiene un poder considerable. Gracias a su OSF, Soros financia sin límites a las ONG, asociaciones y campañas de movilización a favor de la acogida de migrantes en Europa. Mientras los Estados se encuentran restringidos financieramente y disminuidos moralmente, él traza su hoja de ruta. En 2015, el millardario publicaba una tribuna (Rebuilding th Asylum System) en la cual daba una lista de puntos no negociables en materia de acogida de clandestinos para rebatir el sistema europeo de demanda de asilo. Mezclando siempre buenos sentimientos para mejor crear el caos, sugería a la Unión europea establecer una bolsa de 15.000 euros para todo demandante de asilo por año y abogaba por abrir un plan de acogida masiva. En septiembre de 2016, en pleno choque migratorio, Soros anunciaba que él financiaría a título personal la ayuda a los migrantes en Europa con 500 millones de dólares (Why I´m Investing $500 Million in Migrants) y detallaba el reparto de sus inversiones, sin indicar las sumas, en las star-up, sociedades, iniciativas sociales y actividades fundadas por los propios migrantes y refugiados.

A diferencia de Grecia o de Italia, donde su OSF financia abundantemente a cientos de pequeñas estructuras sobre el terreno de ayuda a los migrantes, en Francia los fondos son dirigidos prioritariamente hacia las grandes plataformas internacionales, ya financiadas, por otra parte, por el mismo Soros. Así, Human Rights Watch, es subvencionada con 10 millones de dólares por año por la OSF, siendo particularmente activa en las acciones emprendidas contra el Estado en Calais. En julio de 2017, la HRW publicaba un informe condenando los métodos policiales contra los migrantes en Calais. Algunos meses más tarde, la ONG alertaba nuevamente sobre la situación de los migrantes en Calais, exigiendo del gobierno francés una política de acogida mucho más generosa. Y tantas otras costosas operaciones de comunicación favorecidas por el dinero del millardario.

No es ciertamente por casualidad si la asociación militante promigrantes del Albergue de inmigrantes se encarga de remitir informes a las ONG sostenidas por Soros. Esta misma asociación aportó todo su apoyo al periodista, próximo particularmente a la misma, Yann Moix, que asumió sistemáticamente la defensa incondicional de los clandestinos contra las acciones policiales. El sindicato policial demandó a estas organizaciones por difamación ante las acusaciones de “abusos policiales”. Todas estas organizaciones están financiadas por Soros, indirectamente a través de Human Rights Watch.

De forma más amplia, la OSF de Soros ha financiado la ONG llamada United for Intercultural Action, “red europea contra el nacionalismo, el racismo, el fascismo y de apoyo a los migrantes y refugiados”. En 2014, la OSF donó 155.000 dólares a esta asociación, la cual publica un anuario de las asociaciones europeas promigrantes y antirracistas. ¿Es por casualidad? La obra recoge asociaciones “antifas” y de ultraizquierda, como Calais Migrant Solidarity, conocida por apoyar y alentar a los No Border, esos militantes ultraviolentos que abogan por la abolición de las fronteras.

Por su parte, Amnesty International recibió de la OSF 630.000 libras esterlinas en 2016, representando así el 15,56% de las donaciones anuales recibidas. Particularmente activa en Calais, la asociación interpelaba a los ministros del interior francés e inglés en una carta pública sobre las condiciones de acogida de los migrantes en Calais, enfatizando su no adecuación con el derecho europeo e internacional. Amnesty International también se destacó por su apoyo al “transportador” de migrantes Cédric Herrou, que operaba ilegalmente en los pasos fronterizos franco-italianos. Más ejemplos. La OSF transfiere 157.000 euros por año a la Plataform for International Cooperation on Undocumented Migrants, una asociación que promueve los derechos de los “sin-papeles”, PICUM publicó en 2013 un informe titulado “Garantizar el acceso a los cuidados de la sanidad por los inmigrantes en Europa: el papel que deben jugar las autoridades locales y regionales”. 2014 fue la consagración de esta asociación sostenida por Soros, puesto que, después de haber publicado un libreto demandando a las autoridades francesas la eliminación de las expresiones “sin-papeles” e “irregulares” de su vocabulario en las decisiones administrativas, obtuvo un acuerdo de los ministros del interior y de vivienda que aceptaban no distinguir ya más entre la inmigración “regular” y la “irregular”. Una victoria más contra los intereses de Francia y de Europa.

En el curso de nuestra investigación, hemos identificado, en seno de la OSF, quince grandes programas de financiación de actividades políticas y sociales, de las cuales cinco conciernen específicamente a los migrantes y/o a la lucha contra el racismo y la islamofobia en Europa: la Open Society Initiative for Europe, la International Migration Initiative, la Human Rights Initiative, Roma Iniatitives (en beneficio de los gitanos), y la Information Program. Detrás de estas estructuras encontramos siempre un complejo sistema de financiación que remonta sistemáticamente a Georges Soros por la vía de diversas ramificaciones de la casa matriz. Se constata un pico de financiación durante la crisis migratoria de 2016: 323.000 dólares en 2014, 315.000 dólares en 2015, 750.000 dólares en 2016 y 256.000 dólares en 2017.

Buscando la sumersión migratoria, pero también la caída de Occidente, Soros no duda, bajo un barniz de lucha contra las desigualdades, en financiar al Colectivo contra la Islamofobia en Francia, considerado como muy próximo a los Hermanos Musulmanes y a Tariq Ramadan, fundado en 2003. En 2010, la OSF financia un estudio titulado “Vivir juntos”, dibujando un estado de la situación de los musulmanes en once grandes ciudades europeas. En 2011, en el marco de un programa titulado At Home in Europe, la OSF financia además un estudio titulado “Un velo sobre la realidad”, presentando el testimonio de 32 mujeres musulmanas que portan el velo integral en Francia, en oposición a la ley votada en 2010 sobre la prohibición de la ocultación del rostro en el espacio público. El informe alimentará a los opositores a la ley durante una concentración ante el Tribunal europeo de derechos humanos.

En 2012, la OSF financia una campaña de carteles en la que aparece particularmente una mujer con velo y que será finalmente censurada por la RATP porque presentaba “un carácter religioso y político”. La OSF participa paralelamente en la difusión de la palabra de los Hermanos Musulmanes, ofreciendo su página web al portavoz de la CCIF Marwan Muhammad para una entrevista con el objetivo de explicar los resortes de la campaña. Y la pretendida injusticia de tal censura. Este francés de origen egipcio es conocido por su proximidad con los salafistas, apelando regularmente al establecimiento de un verdadero islam político en Francia. En 2016 declaraba: “Nadie tiene el derecho de decirnos donde debemos vivir, ni cómo financiar las mezquitas (…) Y por eso hay que movilizarse políticamente”. En 2013, su colectivo recibe de la OSF 50.000 dólares para organizar en Francia una jornada de lucha contra la islamofobia. En 2014, el CCIF percibe nuevamente 48.700 dólares para financiar una investigación sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres musulmanas en el mundo profesional. El dinero parece fluir en grandes cantidades.

Más recientemente, después de los atentados de París, la OSF encargó a la Fundación de ciencias del hombre un estudio sobre los efectos sociales y políticos de los ataques ejecutados en Francia en 2015 y 2016. Hasta ahí, nada que objetar. Pero la precisión de la investigación signa una vez más la voluntad política de Soros: el estudio deberá integrar un capítulo sobre la evolución de la islamofobia a continuación de los ataques terroristas. El coste del estudio no se hizo público.

Nuestra investigación lo demuestra: la sed de Georges Soros por incrementar su empresa de desestabilización de un Occidente ya fragilizado por los flujos migratorios es insaciable. Una cuestión se plantea: ¿cuándo los dirigentes europeos abrirán los ojos y se dedicarán a frenar su influencia tentacular? ■ Fuente: Valeurs Actuelles