Regenerar la Hispanidad, por Ernesto Ladrón de Guevara


Palabra maldita para la mal llamada progresía de este país, iniciada por los afrancesados que odiaban la tradición católica y los Hechos de los apóstoles en América, como titula José María Iraburu en su libro dedicado a la magnífica obra civilizadora de los conquistadores españoles en América. Es decir, que se adherían a la denigradora Leyenda Negra urdida por los enemigos seculares del Imperio Español, cosida con mentiras y verdades a medias. Para esos amigos más valen enemigos, según el aforismo al uso.

Mi nuevo libro, que aparece estos días en el mercado editorial bajo el título Nueva defensa de la Hispanidad, evoca el pensamiento de Ramiro de Maeztu, nacido en la misma ciudad donde vive el autor desde que vestía pañales. Defensa de la Hispanidad era el título del libro de Maeztu, que fue un alegato a favor de aquel orden mundial cristiano del Imperio español.

El descubrimiento de América y el esfuerzo titánico de expulsión de los musulmanes no es ahora mismo suficientemente valorado, más bien denostado por los idiotas y adoctrinados que no saben nada de lo que fue en realidad la islamización de España que tan bien describe Sánchez Albornoz en su exhaustiva obra, hasta ahora incontrovertible. 

En mi libro se hace un refundido de las ideas reflejadas en obras referenciales, incuestionables, para encontrar la verdad despojada de prejuicios, exenta de condicionantes ideológicos, y de lo políticamente correcto, en suma. 

Obras que deberían ser divulgadas y difundidas, pero que han estado invernadas para que el común no se contagiara de ideas divergentes con lo que el poder considera aceptable, están verificadas con la realidad histórica demostrada, saliéndose del redil trazado por la ingeniería social que teledirige la masa lobotomizada.  

Autores como Rafael Altamira, José María Iraburu, Elvira Roca Barea, Sánchez Albornoz y Gustavo Bueno, y la referencia de este libro, Ramiro de Maeztu, completan un repertorio suficientemente abierto de constataciones compatibles y complementarias entre sí, de lo que fue la Hispanidad y de lo que dejó de ser tras el afrancesamiento de las fuerzas vivas del tejido cultural y social tras el advenimiento de los Borbones y el final de la dinastía de los Austrias.

Elvira Roca Barea lo describe pormenorizadamente en su libro Fracasología, inédito hasta el presente, porque el elenco de autores e historiadores organizados por el pensamiento del sistema operante no ha sido capaz de salirse del cauce preestablecido por la socialdemocracia hegemónica que dicta lo que hay es democrático y lo que es fascista.

Nueva defensa de la Hispanidad es un libro a contracorriente en el panorama actual de desmemoria y revisionismo histórico, marcado por el síndrome del despojo del Archivo de Salamanca para que no salga la verdad. Es un libro que pretende poner sobre la mesa la importancia que tuvo la acción civilizatoria en el mundo conquistado y regenerado por los Reyes Católicos y sus sucesores. Quienes abrieron una nueva etapa que duró de forma efectiva hasta el siglo XVII de la decadencia; establecieron las pautas de evangelización y protección de los aborígenes de aquellas tierras descubiertas. Con ello América se abrió a la modernidad y al progreso cultural mediante universidades. De una forma de vida más humanizada con hospitales, patronatos reales, nuevas ciudades, escuelas y cuantas instituciones existieran en la metrópoli en réplica aumentada y mejorada. 

Mi libro pretende ser un elemento de reflexión y divulgación que aborde la necesidad de hacer una reflexión aplicada a la realidad actual, sobre la importancia que tuvo el catolicismo durante el siglo XVI, edad de oro de las letras y las artes.  Y valorar, en el contexto de la época, los avances para poner al nivel que correspondía la dignidad humana, de los derechos de las personas por el hecho de serlo, y de su intrínseca naturaleza inviolable y sujeta a derechos y libertades. 

Busca ser un punto de referencia para entender por qué el mundo protestante, ligado al espacio anglosajón ha acometido durante tres siglos una tarea ardua de lavado de cerebro y de propaganda contra ese legado que fue el de la Hispanidad, hasta el punto de que en España rechazamos nuestra propia naturaleza de españoles herederos de aquellos héroes de la Reconquista, del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo. 

Nueva Defensa de la Hispanidad engarza el materialismo filosófico de Gustavo Bueno y su marco teórico sobre los conceptos de nación, de imperio y de la naturaleza de lo que es España. Y conocer su origen y desarrollo como marco histórico-cultural, mediante las ideas desarrolladas por Sánchez Albornoz y su España, un enigma histórico.
Y este refundido teórico lo cruza con la refutación a la imperiofobia y a la Leyenda Negra, de José María Iraburu y Rafael Altamira, uno sacerdote y el otro krausista, que coinciden en lo básico y en el paradigma que este libro trata de reconstruir. Y, por tanto, trae a colación lo que tan bien ha sintetizado la ya mencionada Roca Barea en sus dos libros ampliamente acogidos por el público lector: Imperiofobia y Fracasología.

Es una necesidad imperiosa reconstruir las relaciones en el mundo hispano, y reconfigurar ese espacio de colaboración y defensa mutua entre los actuales países que han heredado la lengua común llamada española, y el catolicismo como herencia cultural y legado civilizatorio. Solamente así contrarrestaremos el pertinaz ataque desde todos los frentes que la herencia imperial española ha tenido desde el ámbito protestante y anglosajón, y lograremos mantener la unidad de nuestra patria y su fortalecimiento.

Esto que puede parecer “ultra” no es más que un reclamo para nuestra pervivencia y así evitar convertirnos en pasto de poderes extranjeros y de diseños tramados para nuestra esclavización y destrucción como nación.