Orbán acusa a Soros de propiciar la invasión migratoria; Soros lo confirma, por Olivier Bault


“No es por casualidad que millares de personas son transportadas hacia Europa cada día. Es un complot de las élites izquierdistas que quieren destruir los Estados nacionales imponiendo a los europeos su modo de pensar”. 

Viktor Orbán no se anduvo con rodeos durante una conferencia organizada en Budapest por organizaciones próximas a su partido, el Fidesz. El mandatario magiar acusaba directamente al millardario judeoamericano de origen húngaro, George Soros, de inundar de dólares a las ONG izquierdistas y a los pretendidos defensores de los derechos humanos, europeos o norteamericanos, que colaboran con los contrabandistas turcos para hacer llegar a cientos de miles de colonos musulmanes. También señaló, sin nombrarla, a la canciller alemana Angela Merkel, señalando que no era aceptable invitar a toda esa gente a su país para luego intentar repartirla entre el resto de países europeos.

“Sin duda, es George Soros quien mejor encarna la forma de pensar de los militantes izquierdistas occidentales. El señor soros utiliza su dinero para promover su propia visión del mundo en más de cien países. Financia una red mundial de fundaciones, de iniciativas, de proyectos y asociaciones para promover su visión particular de una Unión europea ampliada y de un mundo sin fronteras”, explicaba Orbán. Asimismo, calificaba la decisión tomada por Bruselas en cuanto a la distribución de inmigrantes entre los países miembros, de “solución liberal, pero no democrática”, advirtiendo que, al final, las élites políticas no podrán ignorar la voluntad de los pueblos europeos.

Las ONG derechohumanistas y las mafias del tráfico de inmigrantes son equiparadas en el discurso del líder húngaro, porque conjuntamente ayudan a los inmigrantes a franquear las fronteras de forma ilegal. ¿Su objetivo? Apoyar todo aquello que debilite a los Estados-nación. Orbán precisaba, incluso, el papel de la finanza internacional: “lo que está tomando forma son los oscuros sueños de algunos grandes financieros, activistas y funcionarios que no han sido elegidos por nadie y que piensan fuera del concepto de Estado-nación”. Más todavía: “Nosotros estamos frente a un complot, una traición, y debemos volvernos hacia la democracia, hacia el pueblo”. 

No es la primera vez que los responsables de la mayoría que gobierna Hungría desde 2010 señalan con el dedo al millardario George Soros. El diputado del partido demócrata-cristiano aliado del Fidesz, István Hollik, afirmaba durante una conferencia de prensa que el millardario progresista en “cooperación con las organizaciones internacionales y nacionales, alimenta un apoyo financiero en beneficio de una inmigración clandestina sin límites”. Hollik sugería entonces que Soros estaba detrás de la ONG izquierdista alemana Welcome to Europe, la cual “animaba a los inmigrantes a no cooperar con las autoridades húngaras y a negarse a que se les tomasen las huellas digitales. Estas acusaciones se hicieron en respuesta a la propuesta de Soros de que la UE debería acoger al menos a un millón de “refugiados” cada año y dar 15.000 euros a cada uno. El diputado aprovechó para señalar a varias ONG húngaras financiadas por Soros que se emplean en obstaculizar el trabajo de las autoridades húngaras en relación con los clandestinos.

El millardario norteamericano respondió al primer ministro húngaro confirmando su papel y su voluntad de derribar las fronteras. Para él, sus fundaciones “filantrópicas” y sus millones de dólares defienden los “valores europeos” y no son los “refugiados” los que plantean el problema, sino las fronteras de los países europeos.

También es característico que George Soros y sus amigos apoyen, como suele ocurrir en la izquierda progresista, tanto la islamización de Europa como el programa del lobby LGBT. La Open Society Foundation de Soros estaba muy activa, por ejemplo, en Estonia cuando su parlamento debatía las uniones civiles y la adopción por los homosexuales. El dinero de las fundaciones también fluyó para el triunfo del matrimonio gay en Irlanda. Por otra parte, soros es acusado por sus detractores y por Rusia de financier la revolución del Maidán en Ucrania. 

En cuanto a Hungría, el financiero estadounidense prometió hace mucho tiempo hacer todo lo posible para derrocar a Viktor Orbán. Soros tenía gran influencia sobre el expresidente Barack Obama, el cual demostraba públicamente su preocupación por la democracia en Hungría. El encargado de negocios americano en Hungría (los Estados Unidos se resistieron durante mucho tiempo a nombrar embajador en Hungría), Andre Goodfriend, participó en las manifestaciones contra el proyecto gubernamental húngaro para imponer una tasa a internet. Próximo al líder socialista Ferenc Gyurcsany (convertido en rico oligarca en favor de la transición a la economía de mercado y célebre por haber reconocido que había mentido a sus electores), el mismo Goodfriend lanzó acusaciones de corrupción sin fundamento contra políticos húngaros. A continuación, los USA anunciaron la prohibición de entrada en territorio americano de seis altos funcionarios húngaros designados como corruptos por el tal Goodfriend, presentado solamente un documento sin sello ni firma para apoyar sus acusaciones, documento que había salido de un informe de la organización Human Rights First, cuyo máximo donante no es otro que… el financiero George Soros.

Lo más inquietante es la actitud de los EE.UU. frente a las naciones europeas y frente a la influencia de personajes como Soros sobre el gobierno norteamericano, lo cual parece que no va a cambiar bajo un gobierno republicano. En efecto, el senador republicano John McCain describía a Hungría como “un país a punto de abandonar su soberanía en beneficio de un dictador neofascista que se acuesta con Vladimir Putin”.

En cualquier caso, parece que George Soros ha encontrado, por fin, el primer obstáculo en su desmedido afán por manipular a las sociedades europeas. Este obstáculo se lo ha encontrado en su propio país de origen y se la ha puesto el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. George Soros anunciaba que su Open Society Foundations se retiraba de Hungría. Según declaró el presidente de la fundación que Soros creó en 1993, Patrick Gaspard, el motivo es que “se ha vuelto imposible proteger la seguridad de nuestras operaciones y de nuestro personal en Hungría de las arbitrarias interferencias del gobierno”. Orbán ya anunció en campaña electoral que plantaría cara al “Plan Soros”. Así es como califica Orbán al “complot del millardario para introducir un millón de refugiados en Europa cada año”. De hecho, Orbán ha puesto en marcha una normativa para asegurar la transparencia en la financiación exterior de fundaciones como la de George Soros, que se denomina simbólicamente “Stop Soros”.